21 de mayo de 2010

Change.

En realidad, si me paro unos segundos a analizar mi vida, muchas veces me he puesto a pensar que sería de mí si fuese otra persona.
Bueno, no otra persona, si no que pasaría si tuviese la nariz y las orejas más pequeñas, si estuviese más delgada, si fuese más inteligente, si mi familia fuera rica o, simplemente, si no hubiese tenido los problemas que he tenido.
Al principio, lo deseaba con todas mis fuerzas. Cuando era pequeña, me escondía debajo de las sábanas, llorando, y pedía con todas mis fuerzas ser diferente, pero a medida que avanza el tiempo, me he dado cuenta de que eso no sirve de nada si yo no pongo de mi parte.
Sí, sé que gracias a todos los palos que me llevado (que no han sido pocos ni irrelevantes) soy lo que hoy por hoy la gente ve, he aprendido a resolver los problemas sin ayuda de nadie y, como dice mi psicóloga, tengo mentalidad de una persona de mediana edad, en vez de tener la de una chica adolescente.
Pero, aún sabiendo todo eso, muchas veces sigo escondiéndome bajo las sábanas deseando cambiar cada parte de mí y, con la edad, los cambios que deseo van en aumento...

Yo soy la única que puedo hacer que todo cambie, ¿a qué espero?

No hay comentarios: