16 de abril de 2010

Crazy Party, y esta si que era con todas las letras.

Eran seis en total en la pandilla.
Karl, Max, James, Gis, Lor y Makia. Se conocían desde que eran pequeños, de ahí a que ahora tengan tantas confianzas, que se insulten mutuamente y que al día siguiente todo siga como si no huviese pasado nada.
-¡FIEEEEESTA!-Gritó Max cuando entraba en el bar en el que habían quedado todos.
-Dios mío, siempre llegas dando el cante, colega.- Dijo Makia, riéndose.
-Ah, ¿qué quieres que te cante a oscuras? ¿dices eso?- Respondió Max con una sonrisa picarona en el rostro.
-Con eso sueñas, ¿verdad? pues bien, sigue soñándolo, porque conseguirlo no lo vas a conseguir.
-Bueno, venga, vamos. Vosotros ir tirando, yo mientras me tiro a Makia.- Dijo Karl muy serio.
Todos se le quedaron mirando y entonces Karl estalló en carcajadas y siguió andando.
La "discoteca" estaba a unas dos manzanas más arriba. Digo, "discoteca" y no discoteca, porque aquello era una simple ratonera donde antiguamente iban los yonkies a injectarse la droga.
-Ya hemos llegado.- Dijo Max
-Perdona, ¿dónde está la fiesta aquí?-Preguntó Makia con cara de perpleja.
-Tronca, la tienes justo debajo...


Aquello si que era una fiesta en condiciones. Música tecno, rock, incluso hasta reggaeton. Barra libre de bebidas y bueno, podríamos decir que de drogas también. Aunque se veía de lejos que aquello era alguna fiesta privada, no estaban invitados, pero les daba igual.
Dios mío, que de tíos buenos, pensó Makia mientras se bebía su ¿tercer? cubata y se fumaba otro verde.
-Gis, Lor, vamos.
Las tres chicas se dirigieron al baño de mujeres, ya sabían que tocaba, para aguantar toda la noche despiertas necesitaban unos alicientes. ¿Y qué mejor aliciente que más drogas?
-¿Qué llevas?-Le preguntó Makia a Gis.
-MDMA, el que nos dió Jarabo hace dos días.
-Vale, eso servirá.
Makia hizo una mezcla extraña de estupefacientes. MDMA con cocaina, eso por vía nasal. Y después mezcló también el MDMA con la hierba, eso era vía oral.
Cuando ya se habían tomado todo, empezaría la fiesta. Una fiesta de verdad.
-Venga, chicos. ¡A LIARLA!-Dijo Karl
-A emborracharse.- Soltó Max
-¡A FOLLAAAR!-Dijeron las tres amigas a coro mientras se reían.

Eso era una fiesta de verdad, pero las consecuencias que traería esa fiesta en concreto no lo olvidarían nunca.

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