18 de abril de 2010

Cuando el destino tiene realmente la culpa.

Siguiendo el perfil de su cara con tu húmeda mano. Sientes como él se estremece bajo tu caricia. La lluvia es vuestro único decorado, no necesitáis más porque vosotros lo sois todo.
Te das bruscamente cuenta de todo el tiempo perdido en palabras, si con un solo 'te amo' elevado al infinito bastaba, pero con mil besos nunca es bastante. Sigues perfilando su cara bajo la lluvia y él sigue calentando tu corazón con su mirada fija en la tuya. Provocándoteun escalofrío que recorre todo tu cuerpo, dejándote perpleja de lo que puedes sentir con una simple mirada de un ángel perdido...
Sus labios acaban de rozar con los tuyos, el cielo es tuyo en totalidad, la sensación que eso provoca en ti es inagotablemente maravillosa. El beso es dulce y lento. Estáis compartiendo millones de emociones reprimidas en un sólo escaso momento. Mañana le perderás. Mañana él se ira. Ahora lo único que importa es vuestro momento. El mañana para vosotros no existe, queréis parar el tiempo en este preciso momento y saborear cada dulce rozamiento de vuestras bocas fusionadas en un beso. El universo se acaba de perde bajo vuestra pasión, el desastres es imparable, el fuego y la tierra son vuestros aliados y lo único que se quedará en pie después de vuestra despedida.
Él sigue buscando la manera de nacerte sentir en totalidad, feliz y plenamene llena con su amir incontenido que se puede deducir de su caricia, de sus besos, de su absurda mirada. Dos gotas de un líquido cristalino resbalan por su cara y no son gotas de lluvia, son sus lágrimas. Las vierte porque se siente impotente ante la inminente separación, se acaba de dar cuenta de que hay una cosa que no puede hacer por ti y eso se llama parar el tiempo.
El sufrimiento es mutuo, pero el amor lo domina todo en el caso de que estás enamorada de él, pero de eso no hay ni la menor duda, eres capaz de darlo todo por él. Y él lo sabe, por eso llora.

Aquí la culpa no es vuestra, es el destino.

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