-¿Le quieres?
-Sí.
-¿Y qué haces aquí?
-Esperando una señal.
-Bien, pues las señales no caen del cielo y mucho menos traspasaran las paredes de tu casa. Así que vístete, arréglate, sal a esa jodida calle y búscalo.
-¿Y qué le digo?
-Nada. No le digas nada, sólo bésale.
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