Mentirte a ti mismo. No mucho.
Puedes fingir que todo está bien cuando no lo está, sólo necesitas práctica. Pero hacerte a ti mismo creerlo… esa es otra historia. Cuando tu vida se cae sobre tus hombros tienes que saber como mentir, no puedes hacer a los demás compartir aquel peso, no puedes mostrarles como se siente porque no es asunto de nadie, porque a nadie le importa.
Y al final, miente, con una sonrisa en el rostro, descarada y desvergonzadamente.
Sólo miente, porque eso es todo.
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