30 de abril de 2010

Nº2.- Vomitando sueños rotos.

Otra chica, esta tendrá unos dieciséis años. Alta, pero demasiado delgada. A primera vista no parece que tenga problemas, pero eso es sólo a primera vista.
Se sienta en la silla, coge un bolígrafo y empieza a jugar con él.
  • Venga, querida, adelante.
  • Pues...en realidad no sé por dónde empezar. Pero total, ya sabes porque estoy aquí, no tienes porque decirme que empiece a hablar...
  • Sí, claro que lo sé. Eres anórexica con episodios bulímicos, pero por eso mismo quiero escuchar tu parte de la historia, lo demás sólo son letras en un historial médico.
  • Está bien. A ver, empecé a los...quince, creo. Odiaba ver como en mi clase la gente sólo invita a las personas que eran guapas y delgadas y que a mí, simplemente, me ignoraban y ni se inmutaban de que eso me dolía. Supongo que ahí empezó todo. No me sentía agusto conmigo misma.
  • ¿No te sentías agusto contigo por tus propias decisiones o por qué los demás no te "querían"?
  • No lo sé, fue una mezcla de las dos cosas. Cuando los demás empezaban a apartarme yo empecé a odiarme, está todo relacionado, es como una cadena, ¿me entiendes?
  • Sí, para ser psicóloga hay que tener empatía. Sigue.
  • Pues empecé a comparar mi cuerpo con el de las demás, dejé de comer y cuando comía lo hacía poquísimo. Me hinchaba a beber agua, no paraba de hacer ejercicio. Así hasta que un día me logré mirar al espejo y pensé objetivamente y...me vi.
  • ¿Todo ésto era sólo porque no te invitaban a los sitios?
  • ¡No! En primaria sufrí mucho maltrato psicológico, mis padres no lo sabían, pero esque no quería preocuparlos. Era un no parar, estaban todo el día taladrando con lo mismo, pero yo era demasiado ilusa para darme cuenta de las cosas, pensaba que si no sabían mi peso no sabrían que estaba gorda. Cuando pasé a secundaria abrí los ojos y vi que era la que estaba más gorda de todo el jodido instituto. Paradójico, ¿verdad?
  • ¿Y ahora qué?
  • Ahora...Ojalá las cosas hubiesen sido de otra manera, estoy harta de ir de un médico a otro, sin parar. Pero yo quería resultado inmediatos, soy demasiado impaciente para esperar resultados a largo plazo, las dietas nunca me habían funcionado.
  • ¿Y estás realmente preparada para hacer frente a esto?
  • Sí, estoy preparada para mirar a esta mierda de frente y erradicarla de una vez por todas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanta razón, es igual a mi primera sesión en el psicólogo