15 de abril de 2010

Ya no sabe si esto es la realidad.

Últimamente K sufre de insomnio y le da por reflexionar en las noches largas.
Piensa que, si todo fuese diferente, si ella fuese una persona completamente diferente y no le hubiesen pasado las cosas que le han pasado a lo mejor no tendría como método de evasión el plasmar lo que siente en un papel.
Bueno, en realidad tiene dos métodos de evasión pero, por decirlo de alguna manera, el de escribir es el más correcto.
A veces, piensa que no sabe si lo que dice que ha vivido es real o, simplemente, han sido pequeñas historietas que ha ido escribiendo y las ha sentido tan hondo que ha acabado creyendo que todo le ha pasado a ella.
Dice que la madurez no entiende de edad y en eso estoy completamente de acuerdo con ella. Hay personas que en su vida llegarán a madurar porque no han vivido lo suficiente como para saber lo que hay en el mundo, hay otras que han madurado demasiado pronto y a los dieciocho años ya están más que quemadas de la vida y, hay otras, que han madurado teniendo empatía con los demás y poniéndose en la piel de la gente a la que intentan ayudar.

Yo, sinceramente, creo que K ha madurado más por la empatía que por sus propias vivencias.
Y, creedme, las vivencias no han sido pocas pero los momentos de empatía han sido muchos más aún.

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