25 de mayo de 2010

Y el tiempo les folla.

Es difícil decir adiós. Decir te perdono.
Pero él no lo puede aguantar más. Es ella, y siempre ha sido así entre ellos. Se tienen el uno al otro desde que eran niños. Cuando a M le dieron su primer puñetazo por intentar ayudar a S en una pelea y tuvieron que llevarle a urgencias con un labio partido. O todas las veces que S insinuaba que le dejaría a alguno de sus amigos para perder la virginidad.

Le abraza fuerte, contiene las lágrimas porque él no llora y le gustaría decirle que no se vaya. Pero no lo hace y le deja marchar en busca de su destino. Son un par de gilipollas.

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