10 de agosto de 2010

Continuando con la misión.

Hacía como una semana que no veía a Tommy, pero ella sabía perfectamente que él estaría todo el verano trabajando de Deejay en la macro discoteca de la playa, así que lo tenía todo controlado.
Había quedado con Naiara a las ocho de la tarde para ir a tomar algo y ya había acabado de arreglarse, se estaba pintando las uñas de un rosa bien chillón. Siempre le había gustado dar el cante.
Tocaron al timbre de su casa y Emma bajo las escaleras corriendo, se despidió de su familia y salió por la puerta con una sonrisa radiante en su boca que deslumbraba.
- ¿Qué? ¿Dónde vamos? -Preguntó Emma divertida.
- Bueno...si quieres ir a la discoteca del puerto... -Contestó Naiara dejando en el aire el final de esa frase.
- ¿Estás de broma? ¡VAMOS!
Las dos amigas fueron saltando como si fuesen Heidis hasta llegar al puerto, no pararon de reirse durante todo el camino. Cuando llegaron a la discoteca lo primero que hizo fue buscar con la mirada la cabina del Deejay y, afortunadamente, encontró dentro a Tommy.
- Lleváis dos semanas observándoos si medir palabra, ¿no crees que ya es hora de que habléis como dos personas civilizadas y no como trogloditas? -Dijo Naiara interrumpiendo los pensamientos de Emma.
- Sí, tienes razón. Está bien, iré. - Contestó son replica.
Emma se encaminó hacía la cabina, donde estaba Tommy probando los discos de vinilo antes de comenzar a pinchar. Se acercó por detrás y le tapó los ojos, con un brillo de maldad en los ojos.
- ¿Sabes quién soy? -Preguntó en un susurro acercándose al oído de Tommy.
- Te he visto entrar, pero por desgracia lo que no sé es tu nombre.
Emma dio media vuelta y se puso delante de él, sin borrar la sonrisa de su rostro.
- Emma. Me llamo Emma, Tommy. -Dijo pronunciando su nombre con un tono de picardía.
To be continued...

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