23 de mayo de 2010

Uuuuy, casi pero no. (Parte I)

Makia
9:15h. Se levanta de un salto. Se acaba de acordar que es sábado y tiene que ir a hacer las entregas, no le hace mucha gracia pero los negocios eran los negocios y le daban dinero.
9:20h. Se viste deprisa y corriendo, pasa el peine por su cabellera morena, se maquilla los ojos en un momento -es lo que tiene la práctica, pensó- coge la mercancia de debajo del colchón y sale como un cohete por la puerta de su casa.
9:30h. Anda por las calles del Shank liándose un verde, lo tiene que hacer antes de llegar al Paradise si no quiere sentirse acribillada con mirada de desaprovación. Si esque, en el fondo, la muchacha es educada y todo.
9:35h. Le da unas cuantas caladas seguidas al verde y echa a correr, no le convenía llegar tarde con ese tipo de clientes, eran los que le daban el dinero.
9:45h. Para en seco delante de la puerta del Paradise. Menudas chozas hay en esta urbanización, pensó. Respira hondo y se hace la señal de la cruz -teniendo en cuenta el grado de ateísmo que tenía en sangre, suena irónico-. Se apoya justo el lado de la puerta, en una posición estratégica para que los repipis no le vean desde dentro.
9:50h. Nota como la puerta se abre y va saliendo una trupe de personas en una fila correctamente colocada. Joder, esto parece el ejército, que miedo, la virgen, pensó mientras se le escapaba una carcajada.
9:51h. La última persona en salir es una chica. Makia ladea la cabeza para cotillear. Es rubia, bastante mona y pija a morir. La muchacha le clava la mirada, ¿era una mirada de súplica? Oh, no, imposible. Tengo que dejar de fumar esta mierda, pensó Makia sacudiendo la cabeza.
9:55h. Porfin sale el chico del encargo. Makia le entrega estratégicamente la mercancia, recibe el dinero y se marcha felizmente, olvidando la escena de hace escasos minutos.

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