18 de junio de 2010

Supongamos que se llama Cristina, ¿vale?

La gente se siente agusto consigo misma al utilizar una de sus mejores armas, el victismismo.
Después de mentir, falsear, putear y utilizar como les da la gana a sus mejores amigos vuelven.
Vuelven porque se han quedado solos, realmente solos y siguen diciendo que no saben porque, no aceptan que la culpa de todo eso la han tenido ellos mismos.

Lo siento. Lo siento por ti, porque has cambiado y al cambiar has perdido tu inocencia, tu humor, tu risa sincera, tu honestidad, tus buenos y malos días... Todo lo que te hacía ser diferente de los demás, todo lo que te hacía ser única ya no está. Ahora eres una más del montón con tu sonrisa forzada, tus "mentiras piadosas", con tus ganas de convertirte en algo que no eres, fingiendo todo el tiempo, derramando lágrimas de cocodrilo que le duelen a los demás, preocupada por el qué dirán y el qué pensarán de mí. Y yo ya he dejado de buscar en ti algo de mi antigua amiga, porque no encuentro nada y lo siento. Lo siento de verdad, pero por ti, porque yo he perdido una amiga pero tú te has perdido a ti misma.
Y, sinceramente, ya no sé que hacer.
No sé si darte la mano para que te agarres fuerte y salgas del puto círculo vicioso donde te has metido, no sé si dejarte caer del todo o no sé si darte por perdida.

Créeme que no lo sé, joder, esto es demasiado...

1 comentario:

Cía dijo...

Por desgracia yo he estado en esa situación, mi amiga entró en ese círculo vicioso pero no ha logrado salir ni con mi ayuda...

Me ha gustado mucho.

Un beso!